En un desenlace que ha sido seguido de cerca por la comunidad de Plaza Huincul, se ha dictado sentencia por el atroz asesinato de Sara Ganga, residente del barrio Norte de la localidad. Brian Tur, vecino de la víctima, ha sido condenado a 12 años de prisión tras alcanzar un acuerdo entre la fiscalía y su defensa, siendo declarado penalmente responsable por este crimen que ha conmocionado a la ciudad.

La jornada judicial tuvo lugar ayer, donde la fiscal Ana Mathieu, acompañada de la asistente letrada Valeria Cevallos, presentaron al juez de garantías Lisandro Borgonovo una reformulación de cargos, basada en la última acusación realizada. En un giro significativo, se descartó la hipótesis inicial que sugería un móvil económico o patrimonial para el crimen, para destacar que existían conflictos previos entre el acusado y la víctima, quien mantenía una relación de amistad con la hija del homicida.

Este cambio de enfoque llevó a la presentación de un acuerdo entre la fiscalía y la defensa de Tur, en el cual el imputado aceptó su responsabilidad en el delito de homicidio simple en calidad de autor, renunciando al plazo para impugnar. El juez Borgonovo homologó este acuerdo y declaró al acusado como penalmente responsable por el delito atribuido.

En la segunda parte de la audiencia, se determinó la pena de 12 años de prisión de efectivo cumplimiento, solicitándose además la declaración de reincidencia por parte de la fiscalía. La decisión del tribunal colegiado, integrado por los jueces Mario Tommasi, Lisandro Borgonovo y Juan Pablo Balderrama, refleja un análisis exhaustivo de los factores considerados en el caso, donde se ponderaron tanto agravantes como atenuantes.

El crimen ocurrió el 18 de noviembre de 2023, cuando Brian Tur ingresó al domicilio de Sara Ganga y la agredió brutalmente, causándole múltiples fracturas y lesiones traumáticas, incluyendo una fatal herida en el cuello. Aunque inicialmente se especuló con un móvil de robo, esta teoría fue desestimada en la audiencia de ayer.

El veredicto, aunque trae cierto alivio a la comunidad, no borra el dolor de la pérdida de Sara Ganga, ni las secuelas que este crimen deja en sus seres queridos y en la sociedad en su conjunto. Sin embargo, representa un paso hacia la justicia y la paz para todos aquellos afectados por este trágico suceso.