Históricamente, nuestra ciudad ha sido partidariamente opositora al gobierno provincial. Y ha prosperado por la fuerza que sus habitantes han depositado en el trabajo continuo, aun cuando este escaseaba. Podemos decir que siempre hemos salido adelante por cuenta propia. Pero esto, ¿es tan así?
El análisis reflexivo, siempre es provechoso y positivo cuando se ponen todas las alternativas sobre la mesa, sin evadir a ninguna, y pensar en no agrietar todo como es de costumbre por estos días. Es momento de pensar en serio, qué vamos a elegir.
Los diferentes candidatos, deben valerse en principio, de la voluntad para llevar adelante un proyecto, cuyo objetivo debe cumplir con las expectativas de la mayoría de los habitantes de la ciudad. Casi 20 años con un mismo gobierno local, que se aliaba estratégicamente con los gobiernos de turno a nivel nacional, desaliándose a conveniencia del momento político, nunca quedó muy claro que digamos, cuál era el objetivo del proyecto del actual apellido gobernante.
Lo cierto es que si de algo han servido los muchos procesos de elección de precandidatos, es de la obtención de datos concretos, para así poder especular estadísticas. Como varios estadistas han dicho, “el dato es el dato”. En una encuesta realizada, de cada 150 personas, 84 personas eligieron al candidato del partido provincial, mientras que al candidato del gobierno local en curso, sólo 28.
Estos números, dicen bastante acerca de la intención de voto de los habitantes de nuestra ciudad. Si lo traducimos a porcentaje, es posible afirmar que 6 de cada 10 votantes eligen la opción provincial, y 2 a la opción del gobierno local.
Es un buen posicionamiento para Corradi Diez, sin dudas. ¿y qué pasa con los 2 votantes que restan? Pues se dividen en las demás listas. Pero mucha atención debemos prestar, porque existen listas que se denominan “colectoras”, es decir, listas diferentes que en algún cargo llevan al mismo candidato. El cuerpo de la boleta que es igual, es el que “colecta” votos de varias listas. Así, un candidato a presidente o gobernador o intendente puede recolectar votos de su propio partido pero también de varios aliados o adherentes. Las colectoras reúnen apoyo electoral pero mantienen la autonomía de las agrupaciones. Ahora bien, ¿es una buena estrategia definir listas colectoras, que en realidad son “listas espejo”? Para echar claridad al respecto, las listas espejo son dos o más listas idénticas, con los mismos candidatos cargo por cargo, solo que con distintos sellos partidarios. Sin presentar candidatos propios, le permiten al partido que espeja la lista de otro, hacerse de votos, que lo ayudan a subsistir jurídica y económicamente. A pesar de la clara intención de confundir al elector, no llegan en tal caso a superar los 4 de 10.
Lejos de conformarse con subestimar al elector, la opción del actual gobierno local además pretende posicionarse con candidatos que forman parte de la familia: el primer concejal, secretario privado, segunda concejal, (hija del ex intendente), primer concejal de la colectora (esposa del ex intendente). Todo queda en familia, como en las monarquías o reinados, los destinos del pueblo quedan en manos de una familia… emulando además a nivel local, a esa familia que pretendió ser la dueña de nuestra provincia.
Llegamos a la conclusión de que el elector es subestimado por parte de la opción del actual gobierno local, al no creer, que ya entendemos que votamos en otra forma de gobierno mucho más justa, que es la DEMOCRACIA. Los datos están, sólo resta que abramos los ojos, y visualicemos un proyecto sólido para el futuro de nuestra ciudad.
